Se hace dificil tras la vuelta de Japón, empezar a contar algo de este país increible, peculiar, espectacular y tan diferente de casi todos. No sabría por dónde empezar a contar de tantas cosas que ofrece tan significantes para mencionar en el blog, es por ello que esta primera entrada tras el viaje, me sirve para expresar mi profunda satisfacción tras la visita a un país de una educación y sensibilidad exquisitas, que me han dejado extasiado en muchos momentos, y al que recomiendo viajar.
No hay palabras ni adjetivos para describir lo que ocurre en un país donde todo funciona, todo está limpio, todo está perfecto, y que podría ser modelo a seguir para muchísimas cosas. Tienen las excentricidades lógicas que todos imaginamos y más, que iré contando en sucesivas entradas, muchas curiosidades, y muy buena arquitectura... tremenda arquitectura con un detallismo y pureza que rozan lo maníaco por su exactitud y perfección. Como no quiero adelantarme a todas las fotos de diferentes temas que colgaré, dejo ésta de uno de los cientos de taxis de Tokio. (nótese la pulcritud del taxi)
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