Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
[...]
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades de Egipto
para aprender de los mejores maestros.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, ese es tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Si no fuese por ella, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya, qué significan las Ítacas.
Fragmento de Ítaca de Konstantinos Kavafis. Algo leído hoy aquí, en una parte de un libro de grandes viajeros arquitectos que ya conoci en 2001 cuando estuve por tierras uruguayas, los fantasticos viajes anuales de la facultad de Montevideo. Estos han quedado publicados y guardados para siempre en Boarding Pass, una maravilla de publicación, por la que les felicito a todos desde este blog viajero.
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