06 octubre, 2015

Tallinn, la capital medieval de los Bálticos

La capital de Estonia, fue la primera de las capitales Bálticas que visitamos, y por suerte fue una visita muy completa gracias a un amigo que vive allí, así que por tanto pudimos incluso vivir en una casa típica Estona, de esas de madera en uno de los barrios más céntricos y agradables de la ciudad, entre Raua y Kradiorg.



El mejor lugar por el que empezar a ver la ciudad para mi, es la parte alta, pasando por delante de la catedral ortodoxa, que ya publiqué en foto de Twitter (imag01) y de ahí a alguno de los miradores que hay desde lo alto y que nos muestran y orientan en una ciudad medieval que está como parada en el tiempo (imag0203). Ese es el atractivo que más partido le saca el país, ya que por todas partes en el centro histórico hay gente ataviada con ropa medieval actuando y dando ambiente a una ciudad muy bien conservada (imag04).


La plaza principal del Tallinn histórico (imag05) parece de cuento de hadas, y es el centro neurálgico del turismo, tanto que los bajos del ayuntamiento incluso tienen una especie de restaurante típico de comida estonia, donde se pueden degustar unas sopas calientes espectaculares de carne de ciervo.


Las puertas de la ciudad principalmente son dos y ambas son conocidas por sus nombres de pila, y que tienen que ver con la proporción de cada una de ellas, en este caso la de "Margarita La Gorda" (imag06), y que es la que nos lleva hacia el mar al norte de la ciudad y hacia uno de los lugares más curiosos y en estado de abandono de la ciudad, ruinas de su pasado soviético, pero de eso hablaré en otra entrada, donde contaré las partes de Tallinn más alternativas, que no son pocas, y las disfrutamos casi tanto como las turísticas.

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