El inicio de nuestro viaje por Gerona, lo marcó nuestra primera noche en un hotel de Cataluña, el elegido fue el Parador Nacional de Tortosa, por motivos sentimentales, ya que no es el tipo de hotel que hoy en día este a la última. Pero allí había recuerdos de infancia de viajes familiares, y quisimos ver cómo lo había tratado el tiempo.
La verdad es que el hotel, como todos los Paradores Nacionales, está en un enclave fantástico, el Castillo de la Zuda, una antigua fortificación rehabilitada hace ya bastantes años, que es muy bonita para ver por fuera, para visitar, y como muestro en las tres fotos de esta entrada, lo más impresionante es la situación de su piscina, a un lado de la fortaleza, y con vistas sobre la ciudad. Aparte de la piscina, lo más reseñable del hotel son los desayunos, que sin ser espectaculares tenían lo principal y de muy buena calidad, además de una oferta especial de 2x1 en el mes de Agosto.
Por lo demás en lo que es el hotel en si, se nota que la crisis provoca que no pueda ser modernizado, adecentado, o renovado de alguna manera, porque las habitaciones están limpias y decentes, pero probablemente están igual que hace 10 años, los interiores están algo obsoletos, al menos si hay wifi en todo el edificio, es el único síntoma de modernidad, porque los muebles, cortinas, baños, etc... tienen ese "encanto de lo antiguo", los ascensores lo mismo, y un largo etcétera. El precio de la habitación media, algo menos de 70 euros, me parece correcto para la calidad del hotel. El servicio cordial, como siempre en Paradores. El parking privado está incluído en el precio del alojamiento, pero es a descubierto.
En resumen: Un sitio en donde pasar bien una noche o dos, descansar medio día en su piscina y después visitar la ciudad y el Delta del Ebro, no es un hotel para disfrutar por dentro (aunque si para la foto exterior) interiores más bien lúgubres, y sin pretensiones históricas tampoco. Habitaciones cómodas y con todo lo correcto, pero nada tractivas a la vista.
La verdad es que el hotel, como todos los Paradores Nacionales, está en un enclave fantástico, el Castillo de la Zuda, una antigua fortificación rehabilitada hace ya bastantes años, que es muy bonita para ver por fuera, para visitar, y como muestro en las tres fotos de esta entrada, lo más impresionante es la situación de su piscina, a un lado de la fortaleza, y con vistas sobre la ciudad. Aparte de la piscina, lo más reseñable del hotel son los desayunos, que sin ser espectaculares tenían lo principal y de muy buena calidad, además de una oferta especial de 2x1 en el mes de Agosto.
Por lo demás en lo que es el hotel en si, se nota que la crisis provoca que no pueda ser modernizado, adecentado, o renovado de alguna manera, porque las habitaciones están limpias y decentes, pero probablemente están igual que hace 10 años, los interiores están algo obsoletos, al menos si hay wifi en todo el edificio, es el único síntoma de modernidad, porque los muebles, cortinas, baños, etc... tienen ese "encanto de lo antiguo", los ascensores lo mismo, y un largo etcétera. El precio de la habitación media, algo menos de 70 euros, me parece correcto para la calidad del hotel. El servicio cordial, como siempre en Paradores. El parking privado está incluído en el precio del alojamiento, pero es a descubierto.
En resumen: Un sitio en donde pasar bien una noche o dos, descansar medio día en su piscina y después visitar la ciudad y el Delta del Ebro, no es un hotel para disfrutar por dentro (aunque si para la foto exterior) interiores más bien lúgubres, y sin pretensiones históricas tampoco. Habitaciones cómodas y con todo lo correcto, pero nada tractivas a la vista.
2 comentarios:
Ese contraste de colores es lo que lo hace tan maravilloso.
Pues si, y las vistas sobre el Ebro y la ciudad junto a esos colores aún más.
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