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Por lo demás en lo que es el hotel en si, se nota que la crisis provoca que no pueda ser modernizado, adecentado, o renovado de alguna manera, porque las habitaciones están limpias y decentes, pero probablemente están igual que hace 10 años, los interiores están algo obsoletos, al menos si hay wifi en todo el edificio, es el único síntoma de modernidad, porque los muebles, cortinas, baños, etc... tienen ese "encanto de lo antiguo", los ascensores lo mismo, y un largo etcétera. El precio de la habitación media, algo menos de 70 euros, me parece correcto para la calidad del hotel. El servicio cordial, como siempre en Paradores. El parking privado está incluído en el precio del alojamiento, pero es a descubierto.
En resumen: Un sitio en donde pasar bien una noche o dos, descansar medio día en su piscina y después visitar la ciudad y el Delta del Ebro, no es un hotel para disfrutar por dentro (aunque si para la foto exterior) interiores más bien lúgubres, y sin pretensiones históricas tampoco. Habitaciones cómodas y con todo lo correcto, pero nada tractivas a la vista.
2 comentarios:
Ese contraste de colores es lo que lo hace tan maravilloso.
Pues si, y las vistas sobre el Ebro y la ciudad junto a esos colores aún más.
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