Los jóvenes arquitectos que trabajan hoy día tienen una actitud diferente a los arquitectos tradicionales, no pretenden ser héroes, cambiar la trayectoria social con sus obras, no son los "elegidos" portadores de un mensaje de la sabiduría estética ni de "la buena educación". Se saben falibles aunque reconocen sin embargo ser portadores de una serie de códigos, de registros, de información acumulada, decantada a partir de errores y aciertos que intentan poner, con humildad, al servicio de sus ocasionales clientes a los que conciben más como socios que como contraparte. Con ellos trabajan, no sobre ellos, seduciendo, no imponiendo, desplegando estrategias no prefijadas, adaptando y virando la acción como respuesta a los estímulos del mundo exterior.
No hay resistencia ni sumisión, hay simplemente calma búsqueda de lo nuevo a partir de las contradicciones y la fricción.
(Extracto de artículo de la revista dEspacio02)
No hay resistencia ni sumisión, hay simplemente calma búsqueda de lo nuevo a partir de las contradicciones y la fricción.
(Extracto de artículo de la revista dEspacio02)
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