19 julio, 2011

En Shanghai...

Como era de esperar la ciudad me ha recibido con una humedad y alta temperatura abrumadoras, sin dudas, estoy de vuelta en la megaurbe más sorprendente del mundo en este momento, y no precisamente por la temperatura que aquí nombro.
Me encanta, pronto algunas novedades de viajes anteriores y sorpresas urbanas!!

18 julio, 2011

De vuelta a China...

Tras varias semanas por toda la geografía española, toca volver al continente asiático a disfrutar de nuevas perspectivas y aventuras, gracias a todos los que habéis hecho que estas semanas en España hayan sido geniales, y espero que sigáis disfrutándolas por aquí como yo lo haré por allá, y sobretodo que las cosas mejoren a pesar de lo que parece...

15 julio, 2011

Frase del día... (el mundo)

"El mundo está en las manos de aquellos que tienen el coraje de soñar y arriesgarse a vivir sus sueños".
Paulo Coelho.

14 julio, 2011

Chillida en Gijón

La escultura de nombre "Elogio del Horizonte" fue una de las cosas que más atrajo mi atención y curiosidad en mi visita a Asturias, hecha en hormigón armado después del año 1988, y está situada en lo más alto de Cimadevilla, la parte más alta de la antigua ciudad de Gijón. Quiere simbolizar al parecer, aquí, la creación de uno de los poblados fortificados más antiguos del Norte de España, Campa de Torres, y que estaba integrado por un grupo de Astures. El genio vasco, Eduardo Chillida, no encontraba el lugar donde situar ese elogio al horizonte hasta que descubrió este punto de la geografía asturiana; en referencia a la escultura dejo este precioso texto incompleto, sacado de aquí, y que me ha encantado:
"El horizonte es, en definitiva, nada más y nada menos que la patria común de toda la humanidad, puesto que el hombre al tratar de buscarlo observa que es la Tierra la que se convierte en horizonte y ésta a su vez el verdadero horizonte común de todos los hombres".

Siempre cualquier escultura de Chillida es evocadora pero cuando está frente a un espectacular paisaje aún lo es más, recuerdo fácilmente el "Peine de los Vientos" en San Sebastián, y alguna otra escultura no sólo suya sino también de Oteiza, sin duda de los más grandes en España en este arte. Algún día espero llegar a ver la Fundación Oteiza, al menos Chillida Leku, llegué a tiempo de verlo antes de que lo cerraran.

13 julio, 2011

Rito del agua en un pueblo fluvial (Camboya)

Una de mis mayores sorpresas en mi último viaje a Camboya y que aún no había podido colgar, fue la de encontrarme con un rito del cual todavía desconozco el porqué, en el que todo el pueblo mayores y niños, esperaba ser bañado por un grupo de monjes y sobretodo por una mujer (video01) vestida con ropas claramente de celebración. Fue digno de ver como toda la gente disfrutaba la espera y se divertía sin límites cuando eran bañados con esa palangana de agua del río que ellos mismos traían, si no lo hubiese visto, nunca lo hubiese creído. Todo un pueblo en medio de la selva camboyana riéndose y divirtiéndose como nunca había visto en ningun otro lugar del mundo hasta entonces.

11 julio, 2011

Centro Niemeyer en Avilés (Asturias)


La visita a la ciudad de Avilés había quedado relegada en todas las guías turísticas, hasta que apareció el mesías en forma de arquitectura centenaria blanca, Oscar Niemeyer.
Supo con su sensibilidad a veces ya quebrada en determinados proyectos, adaptarse al entorno, mirar la
escala del lugar y buscar su espacio, pero sobretodo sus vacíos, frente a la ciudad portuaria, que no tenía un futuro claro, con la decadencia de todos sus astilleros y puerto.


Por suerte, este proyecto cultural llevado adelante en momentos no muy fáciles, ha devuelto la alegría a una ciudad que gracias a este nuevo pulmón tiene fuerza para renovarse también en su casco histórico, mejorar sus ofertas culturales, y sobretodo, ofrecer ya hoy en día y desde hace tres meses, un escenario único en España, y de los pocos de Europa de esta índole, quizás Le Havre en Francia se le parezca, pero la sede Mondadori en Milán o sus últimos proyectos en Italia, no han sido de esta relevancia formal. Lo que a buen seguro tampoco ha ocurrido en ningún lugar, es la tremenda sensatez con la que se ha construido todo, y si bien es cierto, que hay elementos que no recuerdan al Niemeyer de Brasil, como es (conceptualmente) la pesada marquesina que une los edificios, bien se nota en cada uno de ellos un especial esmero por agradar no sólo a la ciudad y al visitante, sino también al gran maestro que nunca podrá ver su obra in situ, y eso bien merece la pena un esfuerzo.


Cuando uno llega a Avilés en tren, ya el único vestigio industrial de la ciudad, se ve al fondo algo que la transforma (imag01), y cuando tras pasar por la preciosa pasarela en acero corten que une la ciudad con un el lado del centro, accedemos al recinto, sobrio en color, vemos el cartel de bienvenida con un no menos sobrio, "Centro Niemeyer" (imag02), pero esa es su arquitectura, la que con muy poco te da mucho, la que con dos simples gestos te ordena un complejo programa, que resuelve casi sin querer muchas situaciones antes no pensadas.


Como ya se sabe el complejo tiene 4 edificios y un parking subterráneo que es el que provoca algunos gestos NO Niemeyer, como son los muros de hormigón sosteniendo la marquesina, y no esas columnas esbeltas que tanto recuerdo en Ibirapuera, las imagenes desde el edificio de administración, tienda, y restaurante (imag030405) son preciosas de esa unidad formal entre elementos tan diferentes.

Quizás a la torre que alberga el restaurante le falta mayor altura (algo subjetivo), me gustaría más en la escala del complejo, pero quizás no tanto en la de la ciudad, por tanto lo paso por alto. Acostumbrado a los diámetros del Museo de Brasília o de Sao Paulo, quizás es demasiado pequeño este (subjetivo de nuevo), pero es suficiente para lo que en principio debía albergar, ahora con su éxito se va quedando pequeño por momentos, pero quién podía preveerlo??, y el más majestuoso, el teatro, se alza como si nada a una altura magnífica para cerrar el complejo (subjetivo) y dar a todos por igual cada espectáculo artístico, como si fuera el último que Niemeyer contempla.


Sin lugar a dudas, un espacio fuera de este mundo y más en el de los sueños, una auténtica gozada visitarlo y más de la forma que lo hice, ellos lo saben, y no es necesario que de más detalles, pero gracias a ambos por hacer que mi experiencia en el Niemeyer fuera aún mejor de lo que podía imaginar. Y todo también debido a una tercera persona que anda muy muy lejos de Avilés... gracias también.