Uno de estos días pude acercarme a Oviedo, una ciudad de un centro histórico espectacular, y al que dedicaré una entrada más adelante, pero puesto que está es una bitácora arquitectónica y de viajes, quisiera dejar constancia de la primera imagen que tomé del Palacio de Congresos de Oviedo, de Santiago Calatrava, y que me pareció una obra realmente sobredimensionada y sin relación con su entorno que no hace más que daño al tejido de la ciudad, una auténtica pena que estas cosas ocurran hoy en día, teniendo tan poco en cuenta las escalas y relaciones volumétricas entre lo viejo y lo nuevo. Sin duda a alguien se le fue de las manos, por un lado y otro, más adelante habrá más imágenes de este edificio que tanta polémica ha traído y traerá aún a la ciudad, y al principado. En cuanto a la ciudad en sí me encantó el trato de respeto y valor que se da al centro así como la tranquilidad y amabilidad de su gente.
1 comentario:
Tienes razón, parece que una nave espacial está aterrizando...
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