Sorprendentemente Liverpool es una de esas ciudades a la que todavía le faltan muchos solares or construir y sobretodo muchos edificios que renovar, su pasado industrial casi fantasmagórico la convierte en lugar privilegiado para arquitectos que habiendo estudiado aquí en otras épocas de menos prosperidad, ahora se encuentran con una ciudad que resurge y que tiene muchas fracturas urbanas, muchos huecos en zonas privilegiadas y muchos edificios de valor dejados perder que aun se pueden recuperar. Cuando se pasea por Liverpool se tiene la sensación de estar en una ciudad con un gran potencial arquitectónico, a la cual esta mención de ciudad de la cultura le ha dado el empujón final, cada vez se van asentando mas estudios por aquí, y aunque la crisis siempre está presente en todos los países en este momento, parece que todos pueden seguir trabajando en un lugar como este, donde lo antiguo se mezcla con lo moderno de forma espectacular (imag01). Ese fondo moderno es el de uno de los edificio de oficinas premiados por el RIBA este año (imag02), el otro bloque que lo compone (imag03) tiene un singular capitel en forma de caja que parece flotar sobre la torre. Pero como decía antes lo curioso de estas nuevas arquitecturas aquí, es como se insertan en lugares casi tomados por los edificios de antaño (imag04), pero si hay un lugar especialmente interesante arquitectónicamente es el puerto y todo el desarrollo que se está llevando a cabo en él, como por ejemplo el Museo de Liverpool (imag06), un edificio que me gusta particularmente y que aparece como fondo de perspectiva cuando uno mira hacia el mar desde los Docks.
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