La obrita de Alicante nos recuerda que la buena arquitectura no depende del tamaño, ni del decoro, ni del gusto, ni del lujo, ni de la moda. Nos señala por contraste, que aquel que busca directamente la belleza -en lugar de caminos de verdad espacial y técnica- es un cursi que de modo fatal termina produciendo "lindeza linda", o sea, kitsch repulsivo. Por el contrario, nos repite: aquel que aumenta lo arquitectónico en su arquitectura, regala al mundo sensualidad inteligente, sociabilidad alegre y alta belleza no pretendida. Así nos hace a todos mejores en un mundo menos infeliz... Tomar allí un Martini seco (Buñuel) no es un fingimiento: no es hacer publicidad. Extracto de un texto de Antonio Miranda en Construyendo Barcos de Javier García Solera. Ed Papeles de arquitectura. pg27.
2 comentarios:
Lo mejor que ha visto Alicante en años.
Un saludo
Tienes toda la razon, es unha de las mejores obras de Alicante, no se puede expresar mas en menos, gracias por tu comentario, y un saludo tambien. Desde donde escribo hoy no hay acentos en el teclado... siento las faltas!!
Publicar un comentario