Tras tantos días de visita por el interior del país, teníamos ya ganas de llegar a la costa para descansar y relajarnos al sol. Desde Uda Walawe a Mirissa, fue probablemente el tramo más largo de nuestro viaje, duró algo más de tres horas, y cuando llegamos a la playa, nos dimos cuenta que mereció la pena, ya que fue como llegar a un oasis de tranquilidad. (imag 01 y 02)
Nos alojamos en hotel muy cerca de la playa, y que fue una grata sorpresa, ya que la relación calidad-precio era fantastica. Se trataba del "Handagedara Colonial Villa", una villa recién renovada, con unas muy buenas habitaciones con aire acondicionado, además de tranquilas y con baños muy bien puestos. Lo elegimos porque permitían tener niños.
El lobby de la villa (imag03) ya transmite el relax del lugar, y las instalaciones exteriores, como la piscina, son espectaculares (imag04). Pero lo mejor de elegir este lugar, es que caminando desde el hotel en 3 minutos llegas a la playa de Mirissa, y por la noche, puedes ir a los restaurantes de la playa a degustar la pesca del día. Por ejemplo una buena cena con pescado del día y unas cervezas locales bien frías, costó alrededor de 2000 SLR.
La verdad es que es uno de esos lugares relajantes que uno está deseando encontrar en un país como Sri Lanka, sobretodo cuando se ha hecho mucha carretera. Ojalá hubiesemos podido pasar allí algún día más pero tras una buena cena y una tarde relajante, queríamos conocer una de las ciudades con más historia de la costa del antiguo Ceylón.
Nos alojamos en hotel muy cerca de la playa, y que fue una grata sorpresa, ya que la relación calidad-precio era fantastica. Se trataba del "Handagedara Colonial Villa", una villa recién renovada, con unas muy buenas habitaciones con aire acondicionado, además de tranquilas y con baños muy bien puestos. Lo elegimos porque permitían tener niños.
El lobby de la villa (imag03) ya transmite el relax del lugar, y las instalaciones exteriores, como la piscina, son espectaculares (imag04). Pero lo mejor de elegir este lugar, es que caminando desde el hotel en 3 minutos llegas a la playa de Mirissa, y por la noche, puedes ir a los restaurantes de la playa a degustar la pesca del día. Por ejemplo una buena cena con pescado del día y unas cervezas locales bien frías, costó alrededor de 2000 SLR.
La verdad es que es uno de esos lugares relajantes que uno está deseando encontrar en un país como Sri Lanka, sobretodo cuando se ha hecho mucha carretera. Ojalá hubiesemos podido pasar allí algún día más pero tras una buena cena y una tarde relajante, queríamos conocer una de las ciudades con más historia de la costa del antiguo Ceylón.
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