08 junio, 2017

Visitar Nuwara Eliya, ciudad colonial varada en el tiempo

Una de las cosas que más me impresionó en la visita a la ciudad de Nuwara Eliya, es la gran cantidad de edificios coloniales ingleses que se mantienen en perfecto estado de conservación y en un uso idéntico al de hace un siglo. Esta zona desde que se establecieron los ingleses allí a mediados del siglo XIX porque el clima era idéntico al de su país, es la zona de mayor producción de te del país, y además toda su arquitectura es muy inglesa, estilo tudor en las mejores casas y hoteles, así como en iglesias, y esa influencia colonial arquitectónica inglesa que tanto se ve en Hong Kong, Shanghái y otras ciudades coloniales de Asia. El lago Gregory articula la ciudad, y alrededor suyo el elemento que siempre es el centro de estas ciudades coloniales inglesas, el hipódromo. Lo fascinante de este en comparación con los de Chinay HOng Kong por ejemplo, es que todo sigue igual, que nada se ha mejorado, renovado o ampliado, está parado en el tiempo (imag01), es una amplia extensión de hierba, donde hoy en día no sólo se hacen carreras si no que además se hacen eventos deportivos.

Por supuesto en la zona centro de esta ciudad de no más de 30.000 habitantes, podemos encontrar la clásica oficina postal (imag02) que en su momento era el único nexo de unión con el exterior, ya que esta ciudad está rodeada de montañas y a 1900 m sobre el nivel del mar. También en esa zona centro el otro edificio que suele ser relevante, la intendencia policial, que hacía las veces de todo lo relacionado con el órden público (imag03). Ambos edificios en estilos muy ingleses, y ya luego otros edificios más habituales como este de Cargills (imag04) que hoy en dia es un supermercado pero que en su momento debío ser una mansión y quizás almacenaje, en un estilo muy típico inglés.

La visita a los hoteles 4 y 5 estrellas muy interesante, así como al Club de Golf de la ciudad, que en ambos casos son lugares también parados en el tiempo, y en los que manteniendo la altivez y descortesía de los primeros ingleses, no permiten el acceso a menos que pagues una cantidad de dinero insultante, pero cuyos edificios impresiona ver desde fuera en un lugar tan remoto como este.

Al final y tras medio dia de visita por este enclave tan fuera de lo común, nos dirigimos con el coche hacia la estación de trenes de Nanu-Oya, para recorrer este precioso paisaje en tren de la época de vuelta hacia tierras más cercanas a la costa, en nuestra intención por llegar hasta la zona de Matare-Mirissa.

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