La primera población que quisimos visitar en le parque natural por su cercanía a nuestro alojamiento en Karli.
Se trataba de la villa de Cesis, donde decidimos acercarnos a cenar tras llegar a Eglaines a media tarde. Está ubicado en el corazón del Parque Natural de Gauja cerca de la frontera norte de Letonia, es uno de esos pequeños asentamientos que merece la pena visitar dentro del parque.
La razón principal son sus restos históricos en forma de murallas y castillos, siendo el principal la zona del montículo donde se construyó uno de ellos en el siglo XIII. Está muy bien conservada (imag0102) toda la zona y sus jardines son una maravilla, además de las vistas que desde allí hay sobre el valle cercano, que fue lugar de paso de las rutas comerciales regionales letonas, son preciosas.
Además las casas principales del pueblo denotan la importnacia que ha tenido durante siglos ya que las construcciones son muy interesantes e importantes (imag0304) además de muy bien conservadas hoy en día. Las calles del centro histórico parecen de ciudad mucho mayor, y la plaza principal del pueblo de una escala muy grande para el tamaño del mismo (imag05).
La torre de la iglesia la marca y define, y fue allí donde decidimos cenar en un restaurante del centro de la plaza, con vistas hacia esa iglesia que la preside. Allí probamos algunos curiosos platos letones que hicieron nuestras delicias, así como la cerveza local.
Vimos anochecer allí y pasamos también por la terraza del hotel Kolonna cercano, probablemente el mejor del pueblo, cuya terraza cara a un gran jardín bien merece una visita.
Se trataba de la villa de Cesis, donde decidimos acercarnos a cenar tras llegar a Eglaines a media tarde. Está ubicado en el corazón del Parque Natural de Gauja cerca de la frontera norte de Letonia, es uno de esos pequeños asentamientos que merece la pena visitar dentro del parque.
La razón principal son sus restos históricos en forma de murallas y castillos, siendo el principal la zona del montículo donde se construyó uno de ellos en el siglo XIII. Está muy bien conservada (imag0102) toda la zona y sus jardines son una maravilla, además de las vistas que desde allí hay sobre el valle cercano, que fue lugar de paso de las rutas comerciales regionales letonas, son preciosas.
Además las casas principales del pueblo denotan la importnacia que ha tenido durante siglos ya que las construcciones son muy interesantes e importantes (imag0304) además de muy bien conservadas hoy en día. Las calles del centro histórico parecen de ciudad mucho mayor, y la plaza principal del pueblo de una escala muy grande para el tamaño del mismo (imag05).
La torre de la iglesia la marca y define, y fue allí donde decidimos cenar en un restaurante del centro de la plaza, con vistas hacia esa iglesia que la preside. Allí probamos algunos curiosos platos letones que hicieron nuestras delicias, así como la cerveza local.
Vimos anochecer allí y pasamos también por la terraza del hotel Kolonna cercano, probablemente el mejor del pueblo, cuya terraza cara a un gran jardín bien merece una visita.
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