Una de mis mayores sorpresas en mi último viaje a Camboya y que aún no había podido colgar, fue la de encontrarme con un rito del cual todavía desconozco el porqué, en el que todo el pueblo mayores y niños, esperaba ser bañado por un grupo de monjes y sobretodo por una mujer (video01) vestida con ropas claramente de celebración. Fue digno de ver como toda la gente disfrutaba la espera y se divertía sin límites cuando eran bañados con esa palangana de agua del río que ellos mismos traían, si no lo hubiese visto, nunca lo hubiese creído. Todo un pueblo en medio de la selva camboyana riéndose y divirtiéndose como nunca había visto en ningun otro lugar del mundo hasta entonces.
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