12 marzo, 2009

Beijing olímpico II: Estadio Nacional

Sin duda la gran obra arquitectónica de estas Olimpiadas en China, obra de los omnipresentes suizos H&dM, y estructura ejecutada también por Arup, como el Water Cube. Tambien conocido como El Nido, es la obra tambien más querida en China por lo que simboliza, y el cariño que tienen a las aves.
Una de las cosas que más sorprende cuando uno se acerca por el eje principal olímpico es la tremenda escala de la obra(imag01), un estadio cuyas pistas estan por debajo de la cota cero y que sus graderíos quedan fuera de escala gracias a la estructura mixta que forma el nido, tiene una forma sinuosa muy agradable a la vista y que sobrecoge de lejos.

Estando algo más cerca, a media distancia, se ven cuidados hasta los detalles de la iluminación con pequeños nidos cubriendo las luminarias (imag02). A esa distancia ya se aprecian los accesos mediante escaleras y ascensores escamoteados en la estructura externa de forma magistral, pero cuando todavía vas unos metros más allá (imag03) empiezas a distinguir la ejecución más que concienciada de los detalles y nudos estructurales que sostienen esta gran obra, el marcado caracter de la rotulación de las puertas, por su contraste es agradable, aunque la mayoría de los accesos se hacen por rampas que descienden y que no se ven a simple vista.
Me agradó mucho ver que practicamente sólo se usan los grises y los rojos en toda la imagen externa, y que las gradas se pueden distinguir acogidas entre los lazos del nido(imag04). Sin duda se trata de una obra imposible de realizar en Europa, y cuando uno está ante ella se siente pequeño y abrumado, por imaginar lo que constructivamente significó realizarlo, y la inmensa cantidad de personas que participaron en los trabajos.
Desgraciadamente, no pude visitarlo por dentro por falta de tiempo, la visita guiada está a unos 6 euros al cambio y creo que merece mucho la pena, llama la atención que hasta las taquillas principales estan bajo la cota cero(imag05) supongo que para no interferir en la imagen externa del elemento que queda presidiendo la villa olímpica.
En resumen, me pareció una de las obras más faraónicas y nunca mejor dicho, de los últimos tiempos en la arquitectura mundial, por todo lo que significó y por el evento mundial que iba a albergar, y más aún por el país donde se hacía, y ahora, una vez visto, confirmo la belleza e impresión que un monumento como este provoca durante su visita, es digno de elogiar y premiar por la unicidad mundial del mismo, al menos desde mi subjetiva opinión.

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