Empezamos nuestro quinto día de andadura por Escocia, de nuevo con un desayuno espectacular, viendo a lo lejos el mar, puesto que estábamos a pocos kilómetros del cabo Duncansby, así que ese fue nuestro primer punto a visitar, el puerto más al norte de escocia, era una dársena en miniatura donde podíamos ver señales como la de la foto(imag01), haciéndonos saber que estábamos a 2200 Km del polo Norte, daba la sensación de estar en el final del mundo, y no sólo por las tiendas de souvenirs allí montadas aprovechando su característica ubicación, sino por esa luz gris y el cielo fusionándose con el mar en unas tonalidades frías que daban al lugar sensaciones de final.
Desde ahí nos pusimos de nuevo rumbo al sur de vuelta, recorriendo la costa Este de las Highlands pasando por pequeñas poblaciones poco reseñables como Lybster o Helmsdale, tras ver algún lugar de ruinas históricas escocesas no demasiado espectaculares por el camino, pero al fin antes de llegar a Golspie, pudimos dar un gran paseo alrededor de su Castillo (imag02) acercándonos a la costa por ese punto y viendo el entorno en el que estaba enmarcada, casi de película, ese día lo dedicamos a ver costa y a hacer varios paseos interesantes por la naturaleza, ya que a nuestro pase de castillos le quedaba un día y queríamos invertirlo en el próximo en la zona de Aberdeen. Decidimos parar a ver algún pueblecito más como Invergordon, pero salvo su tranquilidad, no había mucho más de interés, así que decidimos llegar pronto a pasear Inverness, ciudad donde desemboca el Río Ness, y que posee en pintoresco castillo en piedra anaranjada (imag03). Tras hacernos con un BB en la esquina de las calles Kenneth St con Fairfield Rd, que es la zona de la ciudad con todos los BB, pudimos darnos una relajante y tranquila vuelta por la ciudad, que nos resultó muy interesante y acogedora, con un centro urbano peatonal muy bien tratado (imag04) y con bastantes sitios donde salir a tomarse algo. Pudimos ver la gran diferencia entre un pub escocés y uno inglés, en el segundo sólo se bebe cerveza y en el escocés también mucho whisky, de ahí las jarras de agua que hay sobre la barra del bar y que en Inglaterra no hay, para de esa manera poder diluir el alcohol.
Desde ahí nos pusimos de nuevo rumbo al sur de vuelta, recorriendo la costa Este de las Highlands pasando por pequeñas poblaciones poco reseñables como Lybster o Helmsdale, tras ver algún lugar de ruinas históricas escocesas no demasiado espectaculares por el camino, pero al fin antes de llegar a Golspie, pudimos dar un gran paseo alrededor de su Castillo (imag02) acercándonos a la costa por ese punto y viendo el entorno en el que estaba enmarcada, casi de película, ese día lo dedicamos a ver costa y a hacer varios paseos interesantes por la naturaleza, ya que a nuestro pase de castillos le quedaba un día y queríamos invertirlo en el próximo en la zona de Aberdeen. Decidimos parar a ver algún pueblecito más como Invergordon, pero salvo su tranquilidad, no había mucho más de interés, así que decidimos llegar pronto a pasear Inverness, ciudad donde desemboca el Río Ness, y que posee en pintoresco castillo en piedra anaranjada (imag03). Tras hacernos con un BB en la esquina de las calles Kenneth St con Fairfield Rd, que es la zona de la ciudad con todos los BB, pudimos darnos una relajante y tranquila vuelta por la ciudad, que nos resultó muy interesante y acogedora, con un centro urbano peatonal muy bien tratado (imag04) y con bastantes sitios donde salir a tomarse algo. Pudimos ver la gran diferencia entre un pub escocés y uno inglés, en el segundo sólo se bebe cerveza y en el escocés también mucho whisky, de ahí las jarras de agua que hay sobre la barra del bar y que en Inglaterra no hay, para de esa manera poder diluir el alcohol.
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