En una ciudad tan histórica y visitando en el poco tiempo que teníamos sólo su centro, las probabilidades de ver arquitectura moderna parecían bajas.
Pero nada más lejos de la realidad, ya que de paseo por el centro vimos algún interesante ejemplo residencial actual entre las casas de cuento nordeuropeas (imag01), pero sobretodo nos recomendaron la visita a la Biblioteca Nacional de Letonia.
Es un edificio gigantesco, del otro lado del río Daugava (imag0203), cuya forma parece ser la de una gran montaña (de libros), cuyas dos fachadas principales son paralelas y de forma poligonal extraña y las otras dos de un perfil muy curioso y que refleja el sol durante todo el día. El edificio, conocido como "Gaimas Pils" (castillo de la luz) es obra de uno de los más conocidos arquitectos del país, Gunnar Birkerts, pero que fuera de sus fronteras no lo hemos oído nunca, y habría que conocer algo más de su obra.
La verdad es que me sorprendió no sólo la forma y los acabados exteriores, sino también que en su interior posea un gran patio central de dimensiones casi tan descomunales como la fachada lateral que mira hacia el centro histórico (imag04).
Tuve la gran suerte de poder entrar y hacerle una foto justo antes de que me dijesen que era festivo nacional y que no podía estar allí dentro ese día. Al menos con ese rápido vistazo pude entender mejor el edificio.
Pero nada más lejos de la realidad, ya que de paseo por el centro vimos algún interesante ejemplo residencial actual entre las casas de cuento nordeuropeas (imag01), pero sobretodo nos recomendaron la visita a la Biblioteca Nacional de Letonia.
Es un edificio gigantesco, del otro lado del río Daugava (imag0203), cuya forma parece ser la de una gran montaña (de libros), cuyas dos fachadas principales son paralelas y de forma poligonal extraña y las otras dos de un perfil muy curioso y que refleja el sol durante todo el día. El edificio, conocido como "Gaimas Pils" (castillo de la luz) es obra de uno de los más conocidos arquitectos del país, Gunnar Birkerts, pero que fuera de sus fronteras no lo hemos oído nunca, y habría que conocer algo más de su obra.
La verdad es que me sorprendió no sólo la forma y los acabados exteriores, sino también que en su interior posea un gran patio central de dimensiones casi tan descomunales como la fachada lateral que mira hacia el centro histórico (imag04).
Tuve la gran suerte de poder entrar y hacerle una foto justo antes de que me dijesen que era festivo nacional y que no podía estar allí dentro ese día. Al menos con ese rápido vistazo pude entender mejor el edificio.
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