El segundo edificio del estudio de Fernando Menis que pude visitar en los pocos pero intensos días que pasamos en Adeje, fue el Centro de Arte y Palacio de Congresos, llamado MAGMA (imag01). Está situado por la parte norte de Adeje, al sur de la sila de Tenerife, y es uno de los proyectos más conocidos de este estudio canario con sede en las islas y en Valencia, al menos hasta hace unos años.
Este gran Palacio de Congresos es muy conocido a nivel internacional, por la manera en que parece emerger de la tierra (imag02), por el uso tan característico del hormigón que hace Fernando Menis, y que caracterizó al estudio con el que se dió a conocer unos años antes, el de AMP (Artengo, Menis y Pastrana) que se acabó por disolver.
Cada una de sus fachadas son como una roca arrancada al terreno que se dejan ver entre cristales de la fachada. Su única e inmensa cubierta metálica, lo recubre por completo a modo de gran ola de sombra en su interior (imag03). La pena fue haber tenido que visitar el edificio cuando estaba cerrado, ya que algunos de sus interiores son de lo más característicos de la obra de este excepcional arquitecto canario, con grandes vigas de hormigón de propociones gigantescas, y bruñidas en su acabado, que son las que definen los grandes espacios del palacio de congresos.
En el exterior, el uso tan sólo del hormigón y algún gran paño de cristal (imag04), junto al escaso pero escogido vegetal autóctono para decorar algunas paredes, y la manera en que las rampas aparecen por los exteriores del proyecto (imag05), te dan la sensación de haber entrado en otro mundo cuando el edificio te rodea. En general es la marca de la casa en la obra de este arquitecto canario, y lo repite en cada uno de sus proyectos sea la escala que sea, casi siempre con gran acierto.
Es una pena que siendo tan gran arquitecto, sea tan mal administrador y haya tenido problemas por tratar mal a muchos de sus empleados, de los que se han oído siempre muchas historias en los círculos arquitectónicos españoles.
Este gran Palacio de Congresos es muy conocido a nivel internacional, por la manera en que parece emerger de la tierra (imag02), por el uso tan característico del hormigón que hace Fernando Menis, y que caracterizó al estudio con el que se dió a conocer unos años antes, el de AMP (Artengo, Menis y Pastrana) que se acabó por disolver.
Cada una de sus fachadas son como una roca arrancada al terreno que se dejan ver entre cristales de la fachada. Su única e inmensa cubierta metálica, lo recubre por completo a modo de gran ola de sombra en su interior (imag03). La pena fue haber tenido que visitar el edificio cuando estaba cerrado, ya que algunos de sus interiores son de lo más característicos de la obra de este excepcional arquitecto canario, con grandes vigas de hormigón de propociones gigantescas, y bruñidas en su acabado, que son las que definen los grandes espacios del palacio de congresos.
En el exterior, el uso tan sólo del hormigón y algún gran paño de cristal (imag04), junto al escaso pero escogido vegetal autóctono para decorar algunas paredes, y la manera en que las rampas aparecen por los exteriores del proyecto (imag05), te dan la sensación de haber entrado en otro mundo cuando el edificio te rodea. En general es la marca de la casa en la obra de este arquitecto canario, y lo repite en cada uno de sus proyectos sea la escala que sea, casi siempre con gran acierto.
Es una pena que siendo tan gran arquitecto, sea tan mal administrador y haya tenido problemas por tratar mal a muchos de sus empleados, de los que se han oído siempre muchas historias en los círculos arquitectónicos españoles.
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