El pasado fin de año por fin esta mochila puso un pie en África, el cuarto continente en visitar, y ya sólo quedará Oceanía. Más concretamente la visita fue a Marruecos, en concreto a la ciudad de Marrakech, y sus alrededores, así como una escapada a la costa mediterránea del país, a la ciudad de Essaouira.
En esta primera entrada quisiera tan sólo mostrar algunas de las curiosidades que hemos visto en estos pocos pero intensos días por el país. En primer lugar las señales de tráfico me sorprendieron, porque en vez de tener los nombres en ambos idiomas, se doblan las placas (imag01). Las espectaculares cervezas marroquís Casablanca (imag02), cuya imagen es muy acertada, y que saben genial aunque siempre son las mas caras de las locales. Además en muchos locales y tiendas de la ciudad se veían los típicos teléfonos-cabina (imag03), de los que hubo en China hace algunos años, y que tengo la suerte de haber adquirido en color verde en mi paso por Shanghai. La última curiosidad a mencionar fue encontrar en un barrio de Marrakech una especie de tejedor artesanal (imag04) con una maquina bastante curiosa, supongo que para facilitarle la vida, aunque muy bien debía estar de vista, porque la situaba bastante lejos de su posición.
Estas son algunas de las cosas captadas rápidamente mientras íbamos a visitar los sitios que en las próximas entradas mostraré. Sin duda Marrakech es una ciudad con muchos rincones por descubrir, imprescindible para visitar en el país, y de la que hemos descubierto tan sólo un 60% ya que como en casi todas, lo espectacular es lo menos conocido.
En esta primera entrada quisiera tan sólo mostrar algunas de las curiosidades que hemos visto en estos pocos pero intensos días por el país. En primer lugar las señales de tráfico me sorprendieron, porque en vez de tener los nombres en ambos idiomas, se doblan las placas (imag01). Las espectaculares cervezas marroquís Casablanca (imag02), cuya imagen es muy acertada, y que saben genial aunque siempre son las mas caras de las locales. Además en muchos locales y tiendas de la ciudad se veían los típicos teléfonos-cabina (imag03), de los que hubo en China hace algunos años, y que tengo la suerte de haber adquirido en color verde en mi paso por Shanghai. La última curiosidad a mencionar fue encontrar en un barrio de Marrakech una especie de tejedor artesanal (imag04) con una maquina bastante curiosa, supongo que para facilitarle la vida, aunque muy bien debía estar de vista, porque la situaba bastante lejos de su posición.
Estas son algunas de las cosas captadas rápidamente mientras íbamos a visitar los sitios que en las próximas entradas mostraré. Sin duda Marrakech es una ciudad con muchos rincones por descubrir, imprescindible para visitar en el país, y de la que hemos descubierto tan sólo un 60% ya que como en casi todas, lo espectacular es lo menos conocido.
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