Hace unos días llovió muy intensamente en Valencia, y también en su Escuela Técnica Superior de Arquitectura, ETSAV, sólo duró 30 minutos, pero dejó para el recuerdo de todos los allí presentes estas imágenes preciosas de una Escuela-Spa, donde la solución de urgencia de unas gárgolas para ayudar a los sumideros ha resultado ser un elemento fascinante y puntual en el nuevo paisaje lluvioso de la Facultad.
Esta fue la parte más bonita de un diluvio que provocó la inundación de los bajos de la Facultad por la no previsión de unos sumideros mayores en la cota cero, pero aquí no estamos para buscar culpables sino para apreciar los valores formales y visuales de algo no buscado.
2 comentarios:
¡qué bien hubiera estado poder ver y oir caer la lluvia que fotografiaste!
¿por qué algún día no insertas un mini-video hecho in situ con el móvil,por ejemplo?
Pues efectivamente fue fascinante ver el fenómeno, para que ocurra tiene que llover muy torrencialmente pero eso lo hace más especial si cabe. En cuanto al vídeo, pues no se, es algo que tengo que plantearme, ese tipo de vídeos muestran muchas cosas, mas de las deseadas a veces, me gusta más congelar en la retina ese momento mágico a través del objetivo.
Y cuando uno vuelve a ver las fotos dejar volar la imaginación con lo que allí pudo haber ocurrido u ocurrió, en cambio, con un vídeo de la realidad a veces ocurren cosas ajenas al que graba que destrozan el encanto de la escena, y que solo una cámara puede captar de forma ya efímera.
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