03 noviembre, 2010

Arquitectura japonesa

Si hay una buena razón para visitar Japón detenidamente es por ver y conocer de cerca su arquitectura. No sólo me refiero a la arquitectura antigua (imag01), que también, puesto que son unos artesanos de la construcción en madera, con unos detalles y unos encuentros constructivos que ponen los pelos de punta por la perfección a la que llegaban.
Me refiero a la arquitectura más actual o moderna también, en la moderna y los estilos de mediados del siglo pasado, hay varios ejemplos muy importantes a los que me referiré en otra entrada, las aportaciones de Le Corbusier y Frank lloyd Wright a Japón, pero quería hablar de arquitectos tan relevantes como Tange (imag02), Kurokawa (imag03), o Ando. O algunos más actuales como Ito, Sejima, SANAA y un largo etcétera, o de aportaciones internacionales como la de Alejandro Zaera o Herzog & de Meuron, que con todas ellas que colocan a Japón entre los países vanguardia de la arquitectura, unido a su extremado detallismo y perfeccionismo que hace que con esa calidad en el trabajo, todas sus obras tengan un lustre final casi imposible de alcanzar por ningún otro país.
Las obras más conocidas del metabolismo japonés hicieron mis delicias, cuando pude acercarme a ellas, un día el Estadio Olímpico de Kenzo Tange (imag04) de una plasticidad genial en todos sus trazados y curvas, situado junto a uno de los mayores parques de Tokio, y otro día la Torre Nakagin (imag05) de Kurokawa, que a pesar de que esta negado totalmente el acceso, al menos han tenido el detalle de dejar una capsula para poderla curiosear y fotografiar desde fuera, en la zona de abajo y fuera de la propiedad. Hoy en día ha quedado muy obsoleta esa estructura que en su momento alucinó, pero cuando uno lo ve allí delante, se da cuenta de la escala y relevancia que debió tener en su momento y sobretodo los esquemas que rompió en lo que se refiere a vivienda mínima. Hubiese querido ver y mostrar algo de la obra de Tadao Ando en la zona de Osaka, pero el viaje y los tiempos no me lo permitieron, por tanto esa es mi espina clavada y pendiente de hacer de nuevo en Japón.

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