"Mi padre me hizo el mejor regalo que se puede hacer a un hijo, creyó en mi" Jim Valvano.
Muchas felicidades y muchas gracias por haber creído en todos nosotros.
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Blog con contenidos de Arquitectura y Viajes, desde un punto de vista personal y como Arquitecto por el mundo. La mochila tiene 12 AÑOS y más de 1.000 entradas acerca de más de 50 países visitados!

Tras mi entrada anterior contando todo lo que podemos ver en Petra (AQUI) desde el punto de vista más teórico, en esta entrada quiero mostrar algunas imágenes de lo que es aquello, aunque a buen seguro no transmiten lo que realmente se ve allí. Con estas fotos no se puede percibir la escala real, ni tampoco el material del que están hechas estas construcciones, que es una especie de roca arenosa, que parece muy frágil, y que llama la atención que haya podido conservarse tan bien durante tantos siglos.


La verdad es que visitar este lugar es increíble, no tiene otra descripción. Un enclave tan importante como éste para la civilización humana, lo bien conservado que está a pesar de las circunstancias y el tiempo transcurrido, además del lugar geográfico en el que se sitúa, hacen que todo parezca irreal.
Este paseo es una maravilla de la naturaleza, puesto que se desarrolla de manera casi mágica entre la montaña, allí percibes cómo el paso de los años ha ido moldeando una roca de arena, mediante viento y agua, y sientes casi el paso de todos los visitantes, peregrinos y habitantes que alguna vez estuvieron en esta ciudad Nabatea.

Pero sin duda al final de esta vuelta y antes de volver al desfiladero, lo que nos queda por descubrir son las Tumbas Reales (imag06), que son cuatro tumbas exacadas en la roca y de unas dimensiones bastante importantes. Son espacios cuadrangulares muy simples, que recuerdan al Proyecto Montaña Tindaya de Oteiza en Fuerteventura y que nunca se realizó. Cada una de ellas tiene un nombre por el tipo de vestigio que se encontró en ella, ya que por dentro no tienen nada tallado en la pared, ni tampoco inscripciones, y sus nombres son: Tumba de la Urna, de la Seda, Corintia y la Tumba de Palacio.
El desierto de Wadi Rum, muy al sur del país es otra de esas joyas que hay que visitar, y por eso, se han preparado asentamientos de Haimas, para poder hacer noche en el mismo, y disfrutar de la tranquilidad de un entorno tan mágico como este. Está todo muy bien preparado, y hay opciones de hoteles a todo tipo de precios.
Para llegar hasta allí la mejor carretera a tomar es la Desert Highway, ya que cualquier otra elección transforma el viaje en una epopeya, aunque el GPS la marque como opción. Tras unas 4 horas de coche, llegamos al centro de visitantes de Wadi Rum por la tarde (imag01) alli tienes que sacarte la entrada a la reserva natural (20JOD), y esperar que el chofer de tu hotel venga a recogerte. En nuestro caso, el coche lo podiamos aparcar cerca de la Haima de nuestro hotel que estaba a tan sólo 10 min de coche del centro de visitantes (imag02) situado muy cerca de las faldas de la mítica montaña "Los siete pilares de la Sabiduría" que aparecía en la mítica novela.
Una vez llegamos a nuestro hotel (imag03), acordamos con el guía el recorrido que haríamos por el desierto al día siguiente. Puesto que íbamos con bebé y que lo probable fuera que durmiese, escogimos una visita corta de 2 h sólo (coste 35 JOD más propina), pero se pueden hacer recorridos de hasta 4 y 5h para visitar todos los rincones del desierto.
Escogimos este hotel (Hasan Zawaideh Camp) por no estar muy adentro del desierto, por tener habitaciones con baño dentro, y por que sólo íbamos a pasar una noche y no era demasiado caro, sabiendo que no iba a ser cómodo dormir en desierto con bebé íbamos a estar lo justo, y el precio era tan sólo de 30JOD la noche incluyendo frugal desayuno. Lo que no pudimos preveer fue la tormenta de arena que hubo por la noche, (que no es habitual que suceda), y que nos llenó la habitación de polvo y arena hasta decir basta. Fue sin duda la peor noche del viaje, y salimos muy pronto de allí para visitar el desierto (imag04) y encaminarnos pronto a nuestro siguiente destino, ya que con bebé pasar allí mucho más tiempo era un suplicio.
Sorprendentemente mi entrada de hace justo un mes fue un error puesto que me confundí de mes. y el biciclown llega hoy a Oviedo donde la van a dar su merecido recibimiento tras trece años fuera.
Ha estado pedaleando a la velocidad de las mariposas todo este tiempo por 115 países, y en este mes ha estado dando charlas por el norte de España principalmente ya que hace algo más de un mes entró por los Pirineos, para descubrir un nuevo país que casi no reconocía tras 13 años...
Asi que en nuestro primer día en Amman, en vez de visitar la capital nos fuimos a media mañana de viaje a hora y media, para visitar Gerasa (imag01), una ciudad al Norte del país donde podemos encontrar de las más increíbles ruinas romanas, que nada pueden envidiar a las de Mérida en España, por ejemplo.
Están situadas a tan sólo 50 a 80 km de la frontera con Siria, el trayecto en coche con GPS fue bastante normal y fácil, y fue simple encontrar el lugar puesto que la ciudad no es muy grande, y la antigua Gerasa está muy bien conservada. Lo que más llama la atención al acercarse es el gran arco de acceso al recinto, muy bien conservado (imag02), pero uno no se hace una idea de lo que es aquello, hasta que se asoma a la gran plaza ovalada principal, y se percata de las dimensiones de la ciudad! (imag03). Se paga una cantidad simbólica de 10 JOD por entrar al recinto.
Sencillamente impresionante, y parece mentira que un lugar así no se de a conocer aún más. Tanto la plaza como muchas de sus calles (el Cardo y Decumano) aún trazadas en el terreno, están pavimentadas, los teatros Norte y Sur, se conservan aún en muy buen estado, así como la pista del hipódromo, o las plantas de las iglesias y templos que asombran por su escala. Visitarla por completo y con tranquilidad lleva como mínimo 4 horas, y se puede visitar perfectamente con el bebe en la mochila, ya que con un carro se haría todo más difícil.