Sin lugar a dudas este es el principal lugar para visitar en Pekín debido a su relevancia histórica, cultural y arquitectónica, pero como en casi todas las entradas en relación con este tema, se leerán las maravillas y grandiosidad del lugar, yo me dedicaré a otra cosa. Sólo diré que la entrada principal da a la mítica plaza de Tiananmen con el retrato de Mao (imag01), la cual ocupa un espacio de 800 x 500 metros, o sea 400.000m2 y por tanto es la mayor plaza del mundo dentro de una ciudad.
El otro dato relevante es que la Ciudad Prohibida ocupa una extensión de 720.000m2, de innumerables palacios, y sobretodo plazas. Pero justo antes de entrar a la zona turística se pasa por otras dos primeras plazas, donde las colas de chinos con sus paraguas son interminables (imag02), y es que desde todas las regiones de China vienen a ver este lugar, por un módico precio de 60rmb y otros 40 por una guia wifi al cuello en mas de 15 idiomas. El lugar empieza a perder el misticismo cuando encadenas toda una serie de plazas internas totalmente simétricas y de escala inhumana, tras fascinarte con las primeras(imag03), a la quinta ya hace mella en uno la inmensa cantidad de gente que hay, el calor o el frio, y la escasa creatividad de los espacios a pesar de su increible monumentalidad, quedaban rincones en diferentes niveles de cierto interés (imag04), así como pequeñas exposiciones al aire libre de objetos de la última dinastía que lo ocupó. Afortunadamente la parte final del recorrido son ya los inmensos jardines del Emperador, con algunas variaciones y vegetación de todo tipo, pero que ya pilla algo cansado, la última imagen saliendo del recinto es el encadenamiento visual con el siguiente palacio del Emperador (imag05) que creo que todos lo vemos y pensamos que ya será para otro día. A pesar de todo ello, hay que estar dentro de este inmenso Palacio o Ciudad para poder apreciar esos contrastes y unidades compositivas de las que hablo, así como su escala y monumentalidad.
El otro dato relevante es que la Ciudad Prohibida ocupa una extensión de 720.000m2, de innumerables palacios, y sobretodo plazas. Pero justo antes de entrar a la zona turística se pasa por otras dos primeras plazas, donde las colas de chinos con sus paraguas son interminables (imag02), y es que desde todas las regiones de China vienen a ver este lugar, por un módico precio de 60rmb y otros 40 por una guia wifi al cuello en mas de 15 idiomas. El lugar empieza a perder el misticismo cuando encadenas toda una serie de plazas internas totalmente simétricas y de escala inhumana, tras fascinarte con las primeras(imag03), a la quinta ya hace mella en uno la inmensa cantidad de gente que hay, el calor o el frio, y la escasa creatividad de los espacios a pesar de su increible monumentalidad, quedaban rincones en diferentes niveles de cierto interés (imag04), así como pequeñas exposiciones al aire libre de objetos de la última dinastía que lo ocupó. Afortunadamente la parte final del recorrido son ya los inmensos jardines del Emperador, con algunas variaciones y vegetación de todo tipo, pero que ya pilla algo cansado, la última imagen saliendo del recinto es el encadenamiento visual con el siguiente palacio del Emperador (imag05) que creo que todos lo vemos y pensamos que ya será para otro día. A pesar de todo ello, hay que estar dentro de este inmenso Palacio o Ciudad para poder apreciar esos contrastes y unidades compositivas de las que hablo, así como su escala y monumentalidad.
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