Mis últimos días en Venecia, no podían ser de lo más sorprendentes, si no era suficiente sorpresa que en todo este
tiempo haya estado luciendo el sol, o que no me hayan pillado los controladores de los vaporettos sin pagar, para mi sorpresa, a través de un amigo de un amigo, logré colarme la tarde noche del viernes en una cena de amigos típicamente veneciana. La situción parece de lo más habitual, pero como aqui en Venecia todo es diferente por las circunstancias, resulta que nos pasaron a recogen en barca, y en 4 de ellas nos juntamos casi 30 personas!y lo más genial, nos dirijíamos a la Laguna a cenar en una isla no habitada, parecía increíble lo que me decían, pero ya al subir a la barca y ver lo diferente que es Venecia desde el canal y todavía más desde el punto de vista de la gente de aqui, me daba cuenta que la experiencia iba a ser inolvidable; salimos de la ciudad por la laguna en dirección a Mestre, atrás queda Venecia, a la derecha el Cementerio y Murano, enfrente Mestre y el Aeropuerto con los aviones constantemente aterrizando, a la izquierda la carretera que une Venezia con tierra firme, y nosotros enmedio de la Laguna!! Increíble!! Y finalmente tras unos 20 minutos llegamos a una isla ínfima donde los venecianos escapan de los turistas, donde acampan, hacen barbacoas, etc..., atracamos allí, atamos las 4 barcas unas a otras, y cuando bajo a tierra para ver donde nos ibamos a poner, resulta que montan todo en las barcas y no salen de allí!la cena iba a ser en la misma laguna, en la misma barca!y si a mi me parecía sorprendente eso, a ellos les parecía inimaginable tener que estar junto a tierra! Fue una velada no menos sorprendente, con música veneciana, con comida cocinada por muchos de ellos, con grandes pequeños detalles, y sobretodo
con una gratísima compañía. Cuando ya acababamos de degustar los postres, el tiempo parecía que no nos iba a dejar acabar y tuvimos que levar anclas antes de lo previsto, pertrechamos las barcas para no mojarnos con el agua algo más agitada por el viento, y pusimos proa a Venecia, de nuevo un espectacular paseo nocturno por la laguna, como ningún turista puede hacer, y por lo que me siento especialmente contento, al final pasamos incluso por el Gran Canal para dejar las barcas en casa, y acabamos junto al puente de Rialto tomando unos vinos más y cerrando una velada espectacular, gracias a todos ellos, en especial a Lorenzo.
tiempo haya estado luciendo el sol, o que no me hayan pillado los controladores de los vaporettos sin pagar, para mi sorpresa, a través de un amigo de un amigo, logré colarme la tarde noche del viernes en una cena de amigos típicamente veneciana. La situción parece de lo más habitual, pero como aqui en Venecia todo es diferente por las circunstancias, resulta que nos pasaron a recogen en barca, y en 4 de ellas nos juntamos casi 30 personas!y lo más genial, nos dirijíamos a la Laguna a cenar en una isla no habitada, parecía increíble lo que me decían, pero ya al subir a la barca y ver lo diferente que es Venecia desde el canal y todavía más desde el punto de vista de la gente de aqui, me daba cuenta que la experiencia iba a ser inolvidable; salimos de la ciudad por la laguna en dirección a Mestre, atrás queda Venecia, a la derecha el Cementerio y Murano, enfrente Mestre y el Aeropuerto con los aviones constantemente aterrizando, a la izquierda la carretera que une Venezia con tierra firme, y nosotros enmedio de la Laguna!! Increíble!! Y finalmente tras unos 20 minutos llegamos a una isla ínfima donde los venecianos escapan de los turistas, donde acampan, hacen barbacoas, etc..., atracamos allí, atamos las 4 barcas unas a otras, y cuando bajo a tierra para ver donde nos ibamos a poner, resulta que montan todo en las barcas y no salen de allí!la cena iba a ser en la misma laguna, en la misma barca!y si a mi me parecía sorprendente eso, a ellos les parecía inimaginable tener que estar junto a tierra! Fue una velada no menos sorprendente, con música veneciana, con comida cocinada por muchos de ellos, con grandes pequeños detalles, y sobretodo 
con una gratísima compañía. Cuando ya acababamos de degustar los postres, el tiempo parecía que no nos iba a dejar acabar y tuvimos que levar anclas antes de lo previsto, pertrechamos las barcas para no mojarnos con el agua algo más agitada por el viento, y pusimos proa a Venecia, de nuevo un espectacular paseo nocturno por la laguna, como ningún turista puede hacer, y por lo que me siento especialmente contento, al final pasamos incluso por el Gran Canal para dejar las barcas en casa, y acabamos junto al puente de Rialto tomando unos vinos más y cerrando una velada espectacular, gracias a todos ellos, en especial a Lorenzo.
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