Desde el primer vistazo se ve que claramente Dubai es una ciudad hecha para el coche, y por tanto, lo más normal es
alquilarse uno para poderse mover por todas partes. El precio es muy
asequible, un utilitario básico está por 20 euros las 24h, y es
tremendamente fácil encontrar aparcamiento, lo que ya no es tanto es la
orientación, sin un buen GPS la pérdida y las vueltas en círculo, están
aseguradas. Hay carreteras que están aún por construír,
caminos que se cortan, y obras por todas partes.
Encontrar una
gasolinera cuando no conoces es casi imposible, si se ve una por
casualidad es mejor entrar a repostar en ese momento que esperar a que
se acabe la gasolina.
Por fortuna en este Emirato (que curiosamente no
tiene petroleo), el litro de gasolina es extremadamente barato gracias a
los vecinos: 20 L unos 5 Euros.
La experiencia de conducir por Dubai no
es diferente de otras grandes ciudades pensadas para el coche, pero
llama la atención lo rapido que se conduce, así como la falta de
señalización de las direcciones. Por tanto y como llegada, alquilarse un coche en el aeropuerto al llegar y devolverlo al irse, no es ninguna tonteria al contrario de lo que yo mismo pensé en su día.
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