Fue nombrado al incio de la Expo como uno de los 10 mejores pabellones y que no se podía perder el visitante, y parece que ha cumplido todas las expectativas y esta dentro de los Top5 de la Expo. No en vano, sus contenidos son de los mas consistentes de la Expo, puesto que muestran la realidad e historia de un país y no se dedica a la mera promoción turística que hacen la mayoria de recintos estatales en esta Expo, a sabiendas de que el turismo chino está por explotar y que les podría dar grandes beneficios. La imagen habitual del Pabellón español es la de grandes colas para su acceso y mucha vida alrededor (imag01), situado en la Avenida principal de los europeos, y enfrentado al belga, tiene protagonismo por su curiosa fachada en mimbre alabeada, y de la que ya he hablado en otras entradas. Sus interiores están mas tratados y cuidados que la media, con algún detalle formal de interes como la plasticidad de las escaleras (imag02). Pero por lo que sin dudas está muy por encima de otros pabellones, incluso el chino, es por sus contenidos. La visita se articula en tres salas, la primera (imag03) en forma de media luna, es una especie de pantalla continua gigante que aprovecha su forma para conseguir efectos visuales deslumbrantes mientras cuenta los momentos principales de la cultura y deportes españoles, habiendo a mitad de proyección, una parada repentina para que aparezca una bailadora de flamenco en medio de la sala a bailar por 7 minutos y que hace las delicias de los visitantes por un instante casi efímero. La segunda sala es quizas la mas emotiva para un español pero la más dificil de entender para los chinos (imag04), cuenta en pantallas a diferentes niveles la evolución de España en los últimos 30 años y como hemos pasado de ser un país cerrado a uno conocido y abierto, el paso de campos a ciudades, etc... y la última sala (imag05), la mas fotografiada por el conocido Miguelín, idea de Isabel Coixet, describe la España del futuro mediante unos vídeos y caricaturas muy bien hechos pero que nadie mira porque los chinos quedan paralizados ante Miguelín, y no paran de hacerse fotos hasta que los sacan de la sala por falta de espacio y tiempo. Por último muestro con algo mas de detalle la fachada del "cesto" español, hecha en mimbre en diferentes tonalidades y con diferentes acabados que le dan una imagen irregular y diferente que ha encantado a propios y extraños. Yo tenía mis dudas en cuanto a su estado final, y su interés una vez acabado y en conjunto al verlo en fotos, al visitarlo y verlo ya con el tiempo, me parece que ha sido una buena idea, a pesar de que sigo pensando que la inversión en estructura hecha para un proyecto efímero de seis meses, es demasiado desproporcionada... pero eso no es algo que decida el arquitecto, así que un muy buen pabellón en líneas generales.
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