El pasado fin de semana empezaba uno de esos grandes eventos de la geografía española, en una ciudad siempre próxima a Valencia y en la que no pocas veces ya me habían puesto falta en días como estos, se trataba de Albacete y de su mítica Feria, que ocurre siempre del 7 al 17 de septiembre, razón de más para mi continua falta debido a viajes.
El caso es que bien merece una entrada la visita a la feria por muy diversas razones, la arquitectónica, porque para mi sorpresa todo ocurre dentro de un recinto ferial que data del siglo XIX si no me mintieron mis guías, es digno de visitar en googlemaps la curiosa forma de disponer este espacio, al inicio fuera de la ciudad, y ahora inoculado en su mismo corazón, en forma de sartén, con una entrada a la feria alargada a modo de mango, y una zona central los redondeles, donde presidiendo el espacio de fiestas está el mítico templete de los "mojitos", rodeándolo, muchas de las casetas que dan vueltas en esos redondeles a dentro y fuera en círculos concéntricos y donde puedes encontrar todo lo necesario durante los 10 días de feria, comida, bebida, música, y un largo etcetera. La razón viajera, porque además de ello, la ciudad, con su catedral y algunas plazas como la del Altozano es digna de pasear al menos una tarde aprovechando que en feria hay mucho más bullicio. En lo lúdico, porque l@s albaceteños demuestran en cada fiesta lo que se divierten y te sientes uno más desde el principio fruto del gran desparpajo y buen rollo reinante en todo el recinto, así que quizás antes de que se acabe este año, o bien el próximo, es muy recomendable la visita a la ciudad...
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