20 marzo, 2006

Derbi en el Mineirao



Aquí comienza la crónica de lo que ha sido la tarde de la cremá para mi en Brasil. Hoy jugaban en el Mineirao, el tercer estadio más grande de Brasil, sólo detrás de Maracaná en Rio, y el Morumbí en San Pablo, dónde en su apertura llegaron a entrar 120.000 personas, y hoy en día con asientos el aforo es de 60.000... pero a lo que iba, hoy es la Ida de las Semifinales del Campeonato Mineiro y se enfrentan los dos equipos más importantes de Belo Horizonte, el Cruzeiro y el Atlético Mineiro, para el que haya asistido alguna vez a un partido de fútbol de gran relevancia en Sudamérica, ya sabrá de que voy a hablar, el que lo haya hecho en Europa..., nunca va a poder imaginar lo que es esto. Como muchos sabéis tuve la suerte hace cinco años de asistir a un River-Boca en cancha de River, ese, sin dudas ha sido el mejor partido al que he asistido en mi vida, este viene después. Y es que la pasión con la que se vive en Sudamérica el fútbol, no tiene nada, pero nada que ver, con Europa, aquí no se viene al campo a comer pipas, a charlar o a comer el esmorçaret o soparet, no, aquí o se viene a animar, bailar y cantar, o mejor no vengas!!, esto conlleva mucha más inseguridad que en Europa. Y es que eran las 14h y ya habíamos llegado a los aledaños del Mineirao, la tarde pintaba fea, lloviznas, pero ya estaba el ambiente crispado en los exteriores, policia civil a caballo, antidisturbios preparados, la policia militar tambien merodeando, y medio estadio para Cruzeiro y el otro para los atléticos, yo estaba en la parte de Cruzeiro, allí nos tomamos unas cervezas antes de entrar y ya se mascaba de la importancia del choque, la gente estaba tensa, después de varias Skol nos disponemos a entrar, la fila es de cualquier manera, empujones, algunos insultos, pero al final estamos dentro no sin ser cacheados por la policía (como todos, claro). Subimos a nuestra arquibancada, y eran las 15h, hasta una hora después no comenzaba el encuentro, pero alli nos situamos, junto a los de los tambores, en pie, siempre en pie y comenzaron los cánticos, saltos, bailes, y de vez en cuando alguna pelea, la policía no da abasto de un lugar a otro de la grada de Cruzeiro, pero nada pasa a mayores, la pasión con la que se ha vivido esa hora saltando y cantando en contra de los atléticos no tiene nombre, no es comparable a nada conocido en Europa, a esto hay que asistir alguna vez, ver a toda esa gente sufriendo, gritando, desgañitándose por el equipo, es sorprendente; y después de una hora de continuos cánticos, oleadas de banderas, hacer la ola, y repartirnos globos y pitos para torcer aun más a la salida del “Teami”..., ya es la hora, ya luce el sol... comienza el partido.

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