Al día siguiente madrugamos un poco más que para ir a Gerasa, puesto que el recorrido era mucho más largo para llegar a mediodía aproximadamente al Desierto más famoso del cine de los 60, queríamos dormir en el mítico Wadi Rum donde se rodó la película Lawrence de Arabia, una co-producción angloamericana estrenada en 1962, que acabó grabándose en España por asuntos políticos, pero que buena parte de la misma se rodó en Jordania.
El desierto de Wadi Rum, muy al sur del país es otra de esas joyas que hay que visitar, y por eso, se han preparado asentamientos de Haimas, para poder hacer noche en el mismo, y disfrutar de la tranquilidad de un entorno tan mágico como este. Está todo muy bien preparado, y hay opciones de hoteles a todo tipo de precios.
Para llegar hasta allí la mejor carretera a tomar es la Desert Highway, ya que cualquier otra elección transforma el viaje en una epopeya, aunque el GPS la marque como opción. Tras unas 4 horas de coche, llegamos al centro de visitantes de Wadi Rum por la tarde (imag01) alli tienes que sacarte la entrada a la reserva natural (20JOD), y esperar que el chofer de tu hotel venga a recogerte. En nuestro caso, el coche lo podiamos aparcar cerca de la Haima de nuestro hotel que estaba a tan sólo 10 min de coche del centro de visitantes (imag02) situado muy cerca de las faldas de la mítica montaña "Los siete pilares de la Sabiduría" que aparecía en la mítica novela.
Una vez llegamos a nuestro hotel (imag03), acordamos con el guía el recorrido que haríamos por el desierto al día siguiente. Puesto que íbamos con bebé y que lo probable fuera que durmiese, escogimos una visita corta de 2 h sólo (coste 35 JOD más propina), pero se pueden hacer recorridos de hasta 4 y 5h para visitar todos los rincones del desierto.
Escogimos este hotel (Hasan Zawaideh Camp) por no estar muy adentro del desierto, por tener habitaciones con baño dentro, y por que sólo íbamos a pasar una noche y no era demasiado caro, sabiendo que no iba a ser cómodo dormir en desierto con bebé íbamos a estar lo justo, y el precio era tan sólo de 30JOD la noche incluyendo frugal desayuno. Lo que no pudimos preveer fue la tormenta de arena que hubo por la noche, (que no es habitual que suceda), y que nos llenó la habitación de polvo y arena hasta decir basta. Fue sin duda la peor noche del viaje, y salimos muy pronto de allí para visitar el desierto (imag04) y encaminarnos pronto a nuestro siguiente destino, ya que con bebé pasar allí mucho más tiempo era un suplicio.
El recorrido de dos horas por el desierto se hizo ameno y estuvo muy bien, pero más que eso se hace complicado en nuestras circunstancias, aunque hubiese merecido la pena ya que el entorno es espectacular.
El desierto de Wadi Rum, muy al sur del país es otra de esas joyas que hay que visitar, y por eso, se han preparado asentamientos de Haimas, para poder hacer noche en el mismo, y disfrutar de la tranquilidad de un entorno tan mágico como este. Está todo muy bien preparado, y hay opciones de hoteles a todo tipo de precios.
Para llegar hasta allí la mejor carretera a tomar es la Desert Highway, ya que cualquier otra elección transforma el viaje en una epopeya, aunque el GPS la marque como opción. Tras unas 4 horas de coche, llegamos al centro de visitantes de Wadi Rum por la tarde (imag01) alli tienes que sacarte la entrada a la reserva natural (20JOD), y esperar que el chofer de tu hotel venga a recogerte. En nuestro caso, el coche lo podiamos aparcar cerca de la Haima de nuestro hotel que estaba a tan sólo 10 min de coche del centro de visitantes (imag02) situado muy cerca de las faldas de la mítica montaña "Los siete pilares de la Sabiduría" que aparecía en la mítica novela.
Una vez llegamos a nuestro hotel (imag03), acordamos con el guía el recorrido que haríamos por el desierto al día siguiente. Puesto que íbamos con bebé y que lo probable fuera que durmiese, escogimos una visita corta de 2 h sólo (coste 35 JOD más propina), pero se pueden hacer recorridos de hasta 4 y 5h para visitar todos los rincones del desierto.
Escogimos este hotel (Hasan Zawaideh Camp) por no estar muy adentro del desierto, por tener habitaciones con baño dentro, y por que sólo íbamos a pasar una noche y no era demasiado caro, sabiendo que no iba a ser cómodo dormir en desierto con bebé íbamos a estar lo justo, y el precio era tan sólo de 30JOD la noche incluyendo frugal desayuno. Lo que no pudimos preveer fue la tormenta de arena que hubo por la noche, (que no es habitual que suceda), y que nos llenó la habitación de polvo y arena hasta decir basta. Fue sin duda la peor noche del viaje, y salimos muy pronto de allí para visitar el desierto (imag04) y encaminarnos pronto a nuestro siguiente destino, ya que con bebé pasar allí mucho más tiempo era un suplicio.
El recorrido de dos horas por el desierto se hizo ameno y estuvo muy bien, pero más que eso se hace complicado en nuestras circunstancias, aunque hubiese merecido la pena ya que el entorno es espectacular.