Otro de los grandes descubrimientos de mi paso por España, fue un pequeño restaurante en lo alto de la loma donde se encuentra la ermita Sant Antoni en Betxí, y cuyo nombre es ese mismo. AQUI.
No sólo me sorprendió por las espectaculares vistas que hay desde su salón, sino por la cocina y la comida tan buena que servían, es una gran recomendación para cualquier viajero por la provincia de Castellón.
En cuanto al restaurante en si mismo, siendo de valorar muy positivamente el que el arquitecto hiciese ese mirador tan espectacular, se nota que el presupuesto no era demasiado elevado, seguro que su autor se tuvo que morder la lengua para no pedir más cariño por parte del cliente. Una gran oportunidad perdida desde mi punto de vista (de un profesional de la arquitectura), desde el punto de vista del 99% de los comensales: el restaurante es increíble y muy bien cuidado, pero son cosas diferentes y ambas se pueden comentar en este blog.
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